Ayer se celebró el Día Internacional Contra la Depresión, este trastorno endémico tan discapacitante.
Como tantas otras personas, lo he vivido en seres queridos y, como profesional, he acompañado a individuos que lo sufren y a organizaciones conmovidas por la decisión trágica e inesperada de alguno de sus integrantes como consecuencia de la depresión.
De hecho, perdí a un amigo de la infancia el año pasado que optó por la peor de las partidas y mantuve un llamado anoche hasta tarde con otro ser querido tomado por esta penumbra.
Debemos ser consciente de que la Pandemia potenció su fuerza y especialmente en países como el nuestro que prolongaron el ASPO de manera iatrogénica y limaron persistentemente la posibilidad de proyectar.
Muchos de nosotros lo sabíamos, y por ello realizamos acciones diversas de contención a individuos y grupos, aunque no cobráramos nada por eso.
Sin embargo, las consecuencias negativas del aislamiento forzado fueron evidentes como, por ejemplo, los 53 millones más de casos adicionales de depresión mayor publicados por The Lancet en 2021 (Satomauro et al.).
Entiendo que la idea de celebración alude a visibilizarla y a generar mayor consciencia, cosa que celebro en sí. A la vez, creo que hay cosas que podemos celebrar a nuestro nivel, aunque suene contradictorio con relación a una patología tan bestial.
Podemos celebrar y celebro, en tanto acto vital…
⚠️ A aquellos que pudieron detectarla a tiempo, en si mimos/as o en otras personas cercanas. Como en toda patología incapacitante, la detección temprana es fundamental.
❤️ A quiénes encuentran la motivación suficiente para tratarla y sostener la lucha contra su abrazo de muerte. Adherir al tratamiento es la única manera de salvarse, y una pulsión nada fácil para quien padece de depresión.
🤗 A los que acompañan y acompañamos a quienes la padecen, en su impulso vital por mantenerse conectados social y afectivamente. El contacto con los demás aporta vida, contención y una caja de resonancia sanadora.
📣 Que se hable de la depresión y que se lo haga en esta red, porque las empresas no están preparadas para afontarla, a pesar de su expansión y prevalencia. Las empresas están estructuradas en torno a la productividad y el poder, no en torno al amor y la salud.
👁️ Que le prestemos la debida atención, cada día más, para evitar que aquellos que sienten que “no pueden más”, sigan eligiendo la tarea del vivir.
Y porqué no, celebrar con esta obra maestra de Serú Girán, recreada por Charly García y Pedro Aznar. Pedro llegó a decir que le parecía la mejor canción de la banda. Excorcicemos por unos minutos a la bestia 🙏🏼
Pilar, 14 de enero, 2025